LOS NERVIOS TAMBIÉN PUEDEN EN UNA LESIÓN MUSCULAR

Un nervio es como un cable que va de un punto a otro, sigue un trayecto ondulante y tiene longitud suficiente. Así que, ante fuerzas de tracción y compresión, puede desplegarse y adaptarse para poder cumplir con su función: hacer llegar la información motora y sensitiva a la estructura a la que se dirige.

Este cable debe circular libremente, sin nadie que lo entorpezca, para poder ejercer de manera eficiente su trabajo. Si hay un obstáculo que lo comprima, o que estira, como no tiene la capacidad de estirarse (como haría un músculo), nos enviará señales para que sepamos que algo está dificultando su camino: sentiremos un dolor pinchando como una descarga o ardor, parestesias, como algo que tira, … Y en casos más graves, nos puede dar una sintomatología más severa:

  • Entumecimiento
  • Pérdida de fuerza
  • Pérdida de respuesta en los reflejos
  • Alteración del tacto grueso y fino, de la temperatura

Además, debemos tener en cuenta que el sistema nervioso consume el 20% del oxígeno disponible en la sangre y su aporte debe ser constante. El sistema nervioso y el sistema vascular (vena-arteria-nervio) van superpuestos, si altera el vaso, altera el nervio. Y el nervio siempre debe recibir su oxígeno, si no es así, también nos enviará señales en forma de hormigueo (como cuando nos despertamos porque se nos ha dormido un brazo o un pie, es porque nos movamos por si se está dando una compresión de estas estructuras que dificulte esta vascularización).

LA NEURODINÁMICA COMO HERRAMIENTA DE LA FISIOTERAPIA

Ahora ya conoce un poco más del nervio, entonces, ¿por qué tenerlo en cuenta?

Al mover el sistema nervioso obtenemos un efecto tanto a nivel central como a nivel periférico. Por ejemplo, si tenemos una afectación de un nervio en el codo que se encuentra en fase aguda, podremos realizar un abordaje precoz a distancia, desde el cuello, sin tener que implicar, inicialmente, la zona de lesión ya la inversa. Y en lesiones músculo-esqueléticas, como en roturas musculares, en las que muchas veces se genera una fibrosis (una acumulación de tejido conectivo) puede suponer una adherencia del nervio que pasa por la zona. Por ejemplo, en los isquiotibiales o en el piramidal se puede ver afectado el nervio ciático y en los
gemelos, el nervio tibial. Debido a una luxación o después de llevar muletas puede estar sufriendo el nervio axilar; o el nervio radial en deportes de lanzamiento, …

La movilización del nervio para que circule libremente por la zona en la que está comprometido es vital para que reciba correctamente su información y su vascularización y no nos dé problemas en otros puntos de su recorrido.

En Somsalut sabemos de la importancia de movilizar todo el paquete vasculo-nervioso, que se mueva libre a lo largo del recorrido y que no se produzcan alteraciones sensitivas, ni motoras.

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